Así comienza una era en donde Argentina no logró malos resultados (1-0 a Brasil en Catar, 2-1 en Ginebra contra Portugal, un 4-2 a Paraguay, entre otros), pero que nunca logró encontrar un juego característico. Sin embargo, esto no alcanzó, ya que los ataques alemanes eran contundentes, ante una Argentina más que desordenada. Con Batista al mando, la selección le gana 1-0 a Irlanda en Dublín y consigue un recordado triunfo ante la selección española (que acababa de consagrarse campeona del mundo por primera vez en su historia) por 4-1, con goles de Messi, Higuaín, Tévez y Agüero.